A nivel estructural y mecánico, los vehículos antiguos necesitan un mayor número de cuidados que los modernos. Para empezar, hay que vigilar indicadores que van más allá de los típicos testigos en el salpicadero; y además llevar a cabo revisiones periódicas con mayor frecuencia. Bien mantenidas, estas máquinas se convierten en automóviles fiables y francamente utilizables.